Mi visión

Mi visión para alcanzar el equilibrio metabólico va más allá de la nutrición, de contar calorías o de separar macronutrientes. Por mi formación científica sé que la bioquímica del cuerpo afecta a nuestra salud. La producción de ciertas moléculas (proteínas, hormonas, neurotransmisores) controla el funcionamiento de este. No obstante, la historia no termina aquí. Hoy en día estamos llegando a un nivel más profundo de conocimiento. La ciencia empieza a entender que todo lo que pasa en nuestro interior a un nivel bioquímico viene precedido por una señal electromagnética. Y este nivel más fundamental que se encuentra por debajo de las moléculas, es el nivel de la Biología Cuántica. Aquí las protagonistas son las diferentes partículas subatómicas que conforman la materia, en especial los electrones. Nuestra salud y nuestro metabolismo giran alrededor de la captación, utilización y retención de electrones porque son ellos los que hacen girar los engranajes de la producción de energía en la célula.

Es decir, estamos entendiendo que la bioquímica del cuerpo está gobernada por fuentes de electromagnetismo presentes a nuestro alrededor y en nuestro interior que nos aportan o nos quitan electrones.

Por eso, si queremos perder peso de manera duradera y saludable debemos prestar atención, además de a QUÉ comemos, a esas fuentes de electromagnetismo que forman parte de:

Ecosistema exterior

Aquí encontramos los seres vivos de los que nos alimentamos y todas las frecuencias electromagnéticas de las que nos rodeamos.

Ecosistema interior

Estamos hablando de nuestra microbiota y de sus relaciones con nuestras células, de las mitocondrias que forman parte de ellas o del agua que compone el 70% de nuestro cuerpo.

Ecosistema exterior en el que vivimos y que contiene todas las frecuencias electromagnéticas de las que nos rodeamos, ya sean las procedentes de la luz del sol o de toda la tecnología que utilizamos. Y de la misma manera, debemos atender al ecosistema interior que vive dentro de nosotros y que nos aporta sus propias frecuencias electromagnéticas. Aquí encontramos desde nuestra microbiota, con su emisión de biofotones de luz, hasta las mitocondrias que habitan en nuestras células, con sus flujos de electrones y de protones.

Todos estos factores van a tener un efecto, para bien o para mal, sobre nuestra capacidad de captación y utilización de electrones influyendo así en nuestra capacidad para modular nuestro metabolismo y por consiguiente nuestro peso.